Por
el contrario, si una persona está convencida de que puede llegar a ser el mejor,
y hace todo lo posible para mejorar, crecer y superar los obstáculos que se lo
impiden, simplemente lo acabará siendo.
Dentro
del deporte y desde el papel de educador o entrenador, esta idea marca un claro
camino. Lo que tú hagas creer a tus jugadores que son, lo serán. Si pierden un
partido y se les recrimina la derrota y se sienten malos y perdedores, lo
serán. Si se les valora su trabajo y esfuerzo y se les convence de que siguen
siendo los mejores aun la derrota, te creerán y competirán como si fueran los
mejores, aunque pueda haber equipos superiores a ellos. Uno es lo que cree que
es, la forma en la que te concibas será la realidad que te muestres a ti mismo
y a los demás.
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